Ayer a las 07:00
En cada Gran Premio de MotoGP los focos apuntan a los pilotos, las estrellas que desafían los límites de la velocidad y la física sobre dos ruedas. Sin embargo, detrás del rugido de los motores y la emoción de las gradas, existe un engranaje humano sin el cual sería imposible disputar un solo fin de semana de carreras. Una de estas piezas son los comisarios técnicos y los oficiales de pista, un ejército de voluntarios apasionados por el motor que garantizan la seguridad y el cumplimiento del reglamento en cada instante.