Ayer a las 08:00
Parece una escena sacada directamente de una película de robos de Hollywood... solo que, en este caso, el arte imitó demasiado bien a la vida real. En mayo de 2004, la Fórmula 1 desembarcó en el Principado de Mónaco para su habitual despliegue de velocidad, lujo y ostentación, pero hubo un objeto que brilló por encima de todo: un diamante de 300.000 dólares colocado en el morro del coche ...Sigue leyendo