¿De verdad este es el Hamilton por el que Ferrari rompe el mercado de F1 (y pasa de Carlos Sainz)?

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"Lewis Hamilton tiene algunos puntos débiles que, en realidad, nadie ha sabido aprovechar y pulsar el botón de esa debilidad. Si estudias las temporadas de Lewis, siempre hay una tendencia común, y es que comienza el año despacio y nadie saca provecho de ello". Fue Fernando Alonso quien destacó una desatendida debilidad del siete veces campeón del mundo, entonces en su apogeo con Mercedes. Si el asturiano suele acertar, el 2024 viene a darle toda la razón.

El británico afronta su decimoctava temporada en la Fórmula 1 con su peor rendimiento inicial de todas, confirmada por los datos y hasta por el propio piloto. "La peor, y peor que la de 2009", admitía en Australia. Todo ha empeorado desde entonces con el reciente Gran Premio de China como última estación.

Patrón señalado por Alonso, monoplaza escasamente competitivo o dificultad para exprimir con su frenada el efecto suelo, pérdida de facultades… Son interrogantes que sobrevuelan. Que Hamilton sea superado netamente en estos momentos por su compañero George Russell tampoco acude en su ayuda.

Hamilton está de salida de Mercedes. Si el británico cumple con ese rasgo que señalaba Alonso, remontará el vuelo, aunque solo sea por reivindicar su prestigio, porque los títulos ni las victorias entran en la ecuación actual. Como Charles Leclerc con Carlos Sainz, en el mundo Ferrari sobrevuela la posibilidad de haber caído en el error con el cambio de cromos.

Russell le está pasando por encima

Hamilton no ha mejorado del séptimo puesto en las cinco primeras carreras, además de tres novenos y el abandono de Australia. En la parrilla, el séptimo de Japón es su mejor resultado. Octavo, noveno, undécimo y atrapado en el Q1 en China completan el panorama, con un 10,6 de posición de parrilla media. Es noveno en la clasificación, con 19 puntos. Incluso Alonso marcha por delante, siendo su monoplaza cliente de Mercedes.

Por el contrario, Russell suma un quinto y dos sextos como mejores resultados. Los sábados cuenta con un tercero, dos séptimos, un octavo y un noveno, es decir, una 6,8 de posición media de parrilla. Es séptimo de la general, con 33 puntos. Las sensaciones son aún más contundentes.

La dimensión de Hamilton exige todo crédito. No obstante, cabe preguntarse a qué se debe tan renqueante comienzo de temporada. La apreciación de Alonso, el rendimiento del W15 y sus antecesores, su estilo de pilotaje para los monoplazas de efecto suelo, el enfoque técnico que está aplicando a su monoplaza, como en China, en Japón... O quizás caben gotas todo ello.

¿Y qué tal con los wing car?

"Llegas emocionado y muy motivado, con la mentalidad de que vas a luchar por victorias y, obviamente, no es el caso. Y luego dices: 'Está bien, tal vez el segundo o tercer puesto'", se explicaba el británico ante la inesperada decepción que ha supuesto el W15, el producto de dos años de trabajo duro que se esperaba cuajar en 2024. Cómo la motivación de Hamilton haya encajado tal golpe solo y el piloto y el equipo lo saben, sobre todo ante la perspectiva de que Ferrari espera con brazos abiertos, sí, pero a un siete veces campeón del mundo. A su mejor versión.

¿Se siente cómodo Hamilton con un monoplaza esquizofrénico de rendimiento según el día y la temperatura? Al igual que Norris reconocía haber perdido su pilotaje instintivo con estos coches, la entrada de curva de estos monoplazas, quizás no facilite exprimir uno de los puntos fuertes de Hamilton como piloto.

Hace pocas fechas, el hoy responsable de Williams, James Vowles, daba algunas pistas sobre su estilo. "La frenada es su fuerte, su fortaleza, maximiza todo en la frenada, y es cuando piensa 'conozco los límites de este coche, y desde aquí puedo empezar a coger ritmo'".

"No lo volveremos a hacer"

El Gran Premio de China ilustraba los vaivenes del británico con este monoplaza de tan difícil puesta a punto. Tras un magnífico segundo puesto en la carrera esprint, favorecido por una errática sesión clasificatoria, Hamilton fallaba estrepitosamente en el Q1 para el gran premio. "Fue un error mío, tuve problemas para parar el coche en la 14, y seguí bloqueando, quizás hubiera necesitado otra vuelta".

A continuación, Hamilton modificó radicalmente la puesta a punto de su monoplaza, repitiendo otro de sus rasgos como piloto que Vowles también destacaba. "Tiene estas tendencias y rasgos que, cuando sales en la FP1, es como un pulpo sobre el volante. Cambiará cada configuración del volante y explorará todas las posibilidades, pero eso es lo que lo hace increíble". O que se estrelle, como el pasado fin de semana en Shanghái.

Según Vowles, a Hamilton no le importa "explorar los límites", pero con un monoplaza caprichoso y desconcertante de puesta a punto, parece que en bastantes ocasiones el británico se queda sin suelo bajo sus pies.

En Shanghái, y después de innumerables mensajes por la radio sobre un coche conducible, asumió la responsabilidad al terminar la prueba: "No volveremos a hacer ese cambio de configuración, Bono. ¡Fue error mío!", le decía por la radio a su ingeniero bajo la bandera a cuadros. Sin citarle, Toto Wolff llamó la atención de la radicalidad en la puesta a punto, no muy contento con la decisión de su piloto.

¿Dónde está ese Hamilton peleón, rabioso, que no era capaz de tolerar la falta de rendimiento? ¿Se ha relajado en su último año con Mercedes, pendiente ya de un nuevo futuro? ¿Busca atajos técnicos en el afán de dar con la tecla mágica con un monoplaza que su equipo reconoce no entender? ¿Está perdiendo fuelle como piloto?

El pasado curso, el británico empató con George Russell los sábados (11/11), y le ganó 15 a 7 los domingos. Hamilton terminó tercero por detrás de los dos Red Bull. Como Fernando Alonso apuntaba, fue de menos a más en el campeonato. Este año, necesita darle la razón para responder a todas las preguntas y desmentir los temores de sus futuros jefes. Hamilton revolucionó la parrilla con su fichaje por Ferrari y el gran inicio de Carlos Sainz no ha pasado desapercibido para Maranello.

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