El expiloto Jorge Lorenzo compartió su valoración personal sobre quiénes son, en su opinión, los grandes nombres del motociclismo. En una reciente entrevista en el pódcast de Jordi Wild, The Wild Project, elaboró su propio top 5 histórico, encabezado por Valentino Rossi, al que considera el más influyente por su carisma y aportación al deporte. A continuación, ubicó a Marc Márquez y a Giacomo Agostini, aunque con matices. Mick Doohan figura en cuarta posición, mientras que Lorenzo no dudó en incluirse a sí mismo en el quinto puesto. Su criterio combina talento, títulos y preparación.
El mallorquín defendió su presencia en ese selecto grupo basándose en su rendimiento y resultados. "Me pondría como el quinto mejor de la historia por números y porque me pulí mucho, era un robot", afirmó con convicción. Lorenzo insistió en que su estilo de pilotaje era completo, sin puntos débiles, fruto de una exigente preparación física y mental. Aunque no lidera el palmarés absoluto, cree que su constancia y su enfoque meticuloso merecen ese reconocimiento. Considera que los números y la calidad van casi siempre de la mano.
Dani Pedrosa, talento sin corona mundialDurante la conversación, también quiso reivindicar a otros pilotos que, pese a no acumular títulos, demostraron una técnica excepcional. Destacó el caso de Dani Pedrosa, a quien calificó como superior a algunos campeones del mundo en cuanto a pilotaje puro. Lorenzo señaló que las circunstancias y las decisiones externas influyen en los resultados, pero que el talento es innegable. Por eso, aunque reconoce que los títulos son importantes, no siempre son el único indicador de grandeza. Su visión combina estadísticas con observación directa del nivel real de los pilotos.
La entrevista también giró hacia la Fórmula 1, donde Lorenzo compartió su admiración por Ayrton Senna, Schumacher, Hamilton y Verstappen. En su top cinco incluyó también a Fernando Alonso, de quien destacó su inteligencia y competitividad extrema. "Con mejores coches, habría ganado mucho más", aseguró. Confesó que esa mentalidad ganadora es algo que ambos comparten desde niños. "El juego no se acaba hasta que yo gane", dijo, reconociendo entre risas su obsesión por la victoria. Esa actitud lo ha acompañado siempre, dentro y fuera del circuito.